miércoles, 8 de octubre de 2014

For ever Carrusel


Hace mucho que no la veo, se mudó y con ella sus misterios, sus  cuatro millones de manías, sus amantes y por supuesto el silbido de cada  madrugada.

Yo también me mude, una noche empaqué y empaqué y al día siguiente me encontraba en otra ciudad  tarareando  Blue valentines de Waits por el pasillo de mi nuevo  apartamento, con voces ebrias como eco y un olor a canela con tabaco invadía el interminable pasillo y  cuando justo pensabas que terminaba había una entrada angosta a la derecha, allí en la puerta verde de madera se encontraba mi nuevo hogar. Su apertura fue el ultimo domingo de Mayo, compré flores, vino y adopté una gata callejera y la llame Fedra, por que las gatas son traicioneras.
Aveces pienso en ella mientras acaricio la cabeza de Fedra, el único objeto que guardo de ella es el reloj de arena que guardaba en un cajón de su mesa de noche, en la parte inferior lleva grabado dos letras:  C. R , algoritmo que nunca descifrare. Yo quería despedirme de ella, preparar el desayuno sin que se diese cuenta , vestirme de gala y fingir un importante acontecimiento por la noche, desearle una hermosa y larga vida aun así supiese que  iba a echarse a reír con maldad.
Adiós Miss Carrusel que te vaya Bien.
Parte III



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